Gestación de Attila

Relato del blessingway y gestación de Attila

Migue pintando la panza de Osa

Embarazo de Osa durante mi formación como Doula.

No siempre todo relato de gestación es color rosa. Pero siempre hay una red hermosa que teje para apoyar.

El embarazo de Attila fue una gestación al principio lleno de miedo e incertidumbre.

Osa se estaba realizando un tratamiento muy fuerte para descartar un posible cáncer de cuello uterino. Pastillas y tratamientos, exámenes de sangre, estrógenos altísimos. Tratamiento de Ozono por el colon irritado, diagnóstico de que era estéril, por no producir progesterona.

En el transcurso de ese tratamiento Osa queda embarazada, un embarazo que al principio no se detectaba el embrión, Tres médicos diferentes y ninguno se dio cuenta de que Attila estaba dentro de la panza de Osa. Cuando Osa se dio cuenta tenía 8 semanas de embarazo.  Fue por una médica amiga de la familia.

Fueron a la clínica, el médico que los vio les preguntó a Osa y a Migue si querían tener el bebé o querían interrumpir el embarazo debido a la complejidad del mismo, los remitió a un genetista,  debido a todos los medicamentos y el tratamiento era un embarazo de alto riesgo y con posibilidades de que el bebé saliera con enanismo, problemas cardíacos, malformaciones etc. El médico les dio dos opciones: o interrumpir el embarazo en ese momento, o esperar a que se cumplieran los tres meses y allí se podía definir con mas claridad si el embarazo podía seguir o había que interrumpirlo. Dos semanas antes de que se cumpliera el período de los tres meses, Osa tuvo amenaza de aborto.

Osa y Miguel llenos de miedo e incertidumbre, Noches en vela sin dormir, Osa no dejaba de llorar.

Cuando se cumplieron los tres meses recuerdo que fuimos Mamá, Osa, Migue y yo a la clínica, a ver el eco. Yo no había llorado durante esos  tres meses por que tenía que acompañar a mi Osa y estar fuerte para ella. Recuerdo que salimos de la clínica, nos dijeron que todo estaba bien, que Attila no corría ningún riesgo y a penas salimos comencé a llorar. A llorar todo lo que no había llorado todo ese tiempo. Porque Osa y Attila estaban bien.

Recuerdo que fueron para todos los peores tres meses de la historia, los más largos, los mas llenos de incertidumbre.

Osa iba cada dos semanas a controlar que todo estuviera bien.

Y así transcurrió todo el embarazo, Osa hacía yoga y acroyoga, realizamos un encuentro de pintar panzas donde invitamos a las familias a pintarles la panza a las embarazadas.

Osa y Migue haciendo Acroyoga Foto de Mariela Chirinos
Osa y Migue haciendo Acroyoga Foto de Mariela Chirinos
Migue pintando la panza de Osa
Migue pintando la panza de Osa
Osa y Migue haciendo Acroyoga en el parque debajo de un árbol. Foto de Mariela Chirinos
Osa y Migue haciendo Acroyoga en el parque debajo de un árbol. Foto de Mariela Chirinos

Mamá le organizó a Osa un ritual de blessingway, antes de que naciera Attila;  invito a todas las mujeres cercanas de la familia, estaban mi Abuela, mi Mamá, la mamá de Migue, mis primas, dos amigas muy cercanas a Osa, y yo. Compartimos, brindamos, honramos la panza, le deseamos buenos augurios, para el nacimiento.

mama y Osa embarazada de Attila en el blessingway
mama y Osa embarazada de Attila en el blessingway
blessingway de Attila
blessingway de Attila
Osa y Ana en el blessingway
Osa y Ana en el blessingway

Mamá nos colocó una cinta roja que la cortamos todas juntas ya cuando Attila había nacido y le bajó la leche.

El 23 de octubre Osa y Migue van a la madrugada a la casa de mamá, Osa ya en Trabajo de Parto. Cuando llega a la casa, mamá le tenía a Osa una infusión con canela, le hizo masajitos, y cuando ya estaba casi lista Osa nos fuimos a la clínica.

Attila nació un 24 de Octubre alrededor de las 8 de la mañana.

Cuando nació Attila yo me estaba formando como Doula, el embarazo de Osa fue todo un acontecimiento para mi, ya que desde el primer momento que me enteré de su embarazo la acompañe en todo momento. Fue el primer embarazo que acompañaba las 24 horas del día. Lleno de complicidad, de alegrías, de miedos y angustias.

Yo no estuve en el quirófano durante la expulsión de Attila, y creo que no hubiera podido estar. Creo que hay momentos para todo. Donde tenemos que elegir qué sombrero nos vamos a colocar. Ese día decidí calzarme el sombrero de hermana mayor y acompañar a Osa desde otra mirada, desde el amor incondicional a  una hermana.

El embarazo de Osa me sirvió también para darme cuenta de varios aspectos:

 

  • Que hay factores que no podemos controlar, aún cuando desearíamos que fuese diferente.

  • Que la condición de ser vulnerables es lo que nos hace recordar que somos humanos.

  • Que crear redes de apoyo son indispensables cuando se esta embarazada.

  • Que las mujeres necesitan todo el apoyo sobre todo los primeros 15 días después de que nace el bebé, ya que se sienten vulnerables, se están recuperando y necesitan toda la energía para dársela al bebé.
  • *Luego en otro post ya les contare como se puede ayudar a la mamá después de que nace el bebé.
  • También me sirvió para darme cuenta desde que rol quería ayudar a Osa. No desde el rol de profesional; si no de hermana contenedora.

No siempre toda gestación es color rosa, es compleja, retadora, nos enseña cosas que no queremos ver, el parto o nacimiento es desafiante  y nos enfrenta a cambiar nuestro modo de ver la vida.

Pero siempre hay aprendizaje y crecimiento, tanto para los que acompañamos partos como para las familias. Hay también redes de apoyo que la familia va tejiendo y creando para poder superar todos los retos.

Ariadna Széplaki

Venezolana-Húngara, Mujer, Exploradora del Mundo, siempre en continuo crecimiento. Ahora aprendiendo sobre el mundo 2.0. Redescubriendo nuevos sabores, nuevos caminos. Siempre en busca de lo natural y ecológico.

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